"Cicatrices", proyecto personal.
Bienvenidos a mi última entrada familia digital. Esta es la más importante y personal para mí.
Hemos tenido que elaborar un proyecto con cualquier manifestación artística con la temática "Cicatrices". Os voy a adjuntar la explicación que presenté, así como el resultado final. Espero que os guste y que lo disfrutéis tanto como yo.
Nos veremos en un futuro.
Como
trabajo final para la asignatura de Análisis de la forma, el color y la luz he
tenido que realizar un proyecto personal con la temática “cicatrices”.
Desde el momento en el que
dicha tarea se mencionó, supe que quería llevarlo a mi terreno y hacer algo
íntimo. Por eso decidí realizarlo sobre un tema que no solo es parte de mi
vida, sino que es también parte de mi ser, el karate.
No obstante, este trabajo no
tiene como objetivo mostrar las cicatrices que el karate puede llegar a dejar
tanto físicas como mentales, sino aquello que nos ayuda a superarlas. Al mismo
tiempo enseñaré la grandiosidad de este deporte y el papel que juega en mi
vida.
Para ello cuento con la voz de la experiencia. En este caso son tres grandiosas voces de mis queridos maestros que me han acompañado desde que tengo uso de razón. Serán ellos mismo quienes se abran mostrándonos su mayor cura a lo largo de tantos años.
He recurrido también a fuentes de internet como la página oficial de la FMK (Federación Madrileña de Karate) para empaparme de los más célebres personajes del karate y su historia.
El trabajo se compone de aquel
instrumento que lleva tantos años guardando los recuerdos de las familias, los
álbumes. Como es propio de ellos, el mío consta de fotografías que ilustran mi
crecimiento como karateca y de los testimonios escritos de mis maestros. En la
portada se encuentra el logotipo del estilo de karate que practico y el título
del trabajo en japonés (lengua oficial del karate) y en castellano.
El objetivo perseguido con este trabajo siempre fue proporcionarle una mayor importancia a aquello, ya sea persona, circunstancia o lugar que nos ayuda a superar las cicatrices que la vida nos va dejando.
El dolor es inevitable y por ello debemos encontrar nuestro lugar de
calma que consiga sanarnos y superar las adversidades.
Tanto en mi caso como en el de
mis maestros, esa cura, apoyo y fiel compañero es el karate. Le debemos nuestra
felicidad y crecimiento personal.
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